En la ciudad desierta
Gutiérrez consulta su Instagram.
Y ve a una amiga en la playa
Y gambas de largos bigotes dominando una paella
Y cuerpos que bailan en el blanco y negro de la noche de Burdeos
Y una ola que se enrosca sobre si misma en un mar de espuma
Y capirotes puntiagudos en procesión.
Y una montaña todavía nevada
Parece que todo el mundo se fue de vacaciones.
Y Gutiérrez cierra los ojos.
Se concentra.
Respira.
Medita.
Y entonces Gutiérrez
es capaz,
de ver el mundo en un grano de arena,
y en cada flor silvestre un paraíso.
Vivir la eternidad en una hora,
Y sostener en la palma el infinito