La cura para todo es el agua salada.

“The cure for everything is saltwater. Sweat, tears or the sea.” – Isak Dinesen

 

Marketing. Espectáculo. Negocios.

Así pensaba que era, hace dos años, la salida de la Volvo Ocean Race.

Tremenda plataforma.

Equipos y patrocinadores. Todo montado, todo calculado. Carteles, stands, vinilos de publicidad. Un gran espectáculo.

La salida va a tener lugar el sábado por la mañana, para una primera etapa que debe de llevar a los barcos participantes desde Alicante hasta Cape Town, en Sudáfrica, en una travesía estimada de 20 días.

Son 6 los barcos participantes. La salida está anunciada para las 12 de la mañana, con la presentación previa de los equipos. Se espera la llegada del Príncipe de España en helicóptero, que puede llegar con retraso.

Recorro la ciudad montada en el puerto de Valencia para albergar la salida. Grandes chalets de las marcas patrocinadoras, o de otras marcas que aprovechan para mostrar sus productos. Colores. Logotipos. Diseños cuidados en los stands, que en muchos casos son desmontables para poder ser transportados al siguiente puerto.

Gente arreglada. Moviéndose. Viendo y dejándose ver. Un zumbido social, que participa de la tierra, de los stands, de las marcas, del espectáculo, del diseño. Conversación social. Apariencia. Estética. Mujeres con vestidos y tacones. Hombres maduros, que hablan a voces. Azafatas. Trabajadores de los stands, con sus badgets colgando del cuello.

El speaker rellena el cielo de palabras, mientras espera que corra el tiempo hasta la presentación de los barcos, y la posterior salida de la carrera.

Recorro el pantalán, observando con cierta distancia. Sin otra intención que ver que es lo que hay. Dejando vagar los pies. Llego hasta la zona, acotada por vallas bajas, donde están los hombres que se van a embarcar.

Los marinos.

Son unos minutos antes de la salida. Están con sus familias. Hay mujeres y niños. Amigos. Se abrazan. Se hablan. Los hombres levantan a los niños en brazos. Los besan. Algunas mujeres lloran. Hay algo allí que es ajeno a todo lo que les rodea. Hombre, mujeres y niños. Un sentimiento de trascendencia. Sentimientos y sensibilidad. Hay algo que no es la marca, la publicidad y el marketing. Que no es hablar a grandes voces y llevar tacones.

Son hombres que se van a echar a la mar. A cruzar el océano. A luchar con la naturaleza ( el mar, los vientos, las tormentas, el sol, la noche, los monstruos marinos, el sueño, el riesgo, la incertidumbre, el cansancio, el dolor ), y a luchar con los otros hombres, que también se despiden, por llegar los primeros al otro lado.

Son marinos, como han sido los marinos desde el principio de la humanidad. Que se despiden, porque no se van a ver en una temporada. Porque puede que no se vuelvan a ver. Porque van rumbo a lo desconocido. Que van a la batalla por llegar antes que los otros barcos.

Héroes de leyenda en el mundo moderno.

El próximo sábado 4 de Octubre empieza una nueva edición de la Volvo Ocean Race.

http://www.volvooceanrace.com/en/teams.html

Habrá marcas. Habrá marketing. Habrá una tremenda estructura montada alrededor de unos pocos hombres. Héroes. Una competición esos héroes del mar enlazan con las raíces de la humanidad, para echarse al mar a navegar, a leer los vientos, buscar las rutas, estudiar la naturaleza, para intentar llegar al destino antes que el resto. 8 hombres (y mujeres ) en su barco. Con un objetivo. Con una misión. Con un capitán al mando. 7 barcos surcando los océanos, buscando su ruta, leyendo los vientos.

Como héroes legendarios.